El verano del 2005 dediqué buenas horas de fotocopias, recortes y pegamento en barra (combatiendo mis clásicos ataques de pereza) al número dos del Bajotierra.
En esta ocasión conté con la colaboración de mi colega epistolar José de Noya, que me mandaba sus artículos escritos a mano y las fotos con las que "adornar" el zine, todo por correo postal, porque tanto él como yo no disponíamos de Internet en aquella época.
En éste segundo número mejoré sensiblemente la maquetación y los artículos eran algo más trabajados, a pesar de que seguía con mi particular guerra con la puntuación.
José se sacó unos muy buenos artículos de la manga (Kurt pre-Nirvana, Frances Farmer, Aventuras de Kirlian y Meat puppets), lo que me ayudó sobremanera a completar el fanzine y así poder alargarlo hasta las 48 páginas.
Y como hablar de lo que hace uno queda así como mal, añado al post una crítica de Kiko Amat en una revista de cuyo nombre no tengo ni idea, ya que me llegó en forma de fotocopia de manos del dueño de una de las tiendas de discos donde dejaba mis fanzines ( ¡los vendí todos!).
“Demasiados cabreados para repasar faltas o chapuzas, Bajotierra es un ejemplo más de fanzine iniciático, punk y multipasional.
Su listado de temas, para empezar, es intachable: el ultra-lo-fi grupo femenino de los 60 The Shaggs, Frances Farmer (¡bien por ellos!), la indefinible discografica Ozono Kids de Barcelona, El SCUM manifesto de Valerie Solanas, Aventuras de Kirlian, Dadaismo-Surrealismo, Meat puppets y una traducción de los inicios punk de Kurt Cobain. Al lado de eso cosas más prescindibles como la típica biografía de Chet Baker de suplemento dominical y algo indefinible sobre la pelicula Magnolia. Sus editores (Antonio y José Manuel, de Córdoba y Vigo respectivamente) escriben a lo loco -cosa que dudo les importe los más mínimo- pero comunican sus filias con convicción y ganas. Un fanzine útil para los que estén al tanto de los temas comentados, indudablemente apasionado, de outcome creativo loable, aunque mejorable en algunos aspectos.”
Enternecedor... ¿Verdad?